jueves, 10 de diciembre de 2015

Agua y luz.

Para analgésico, su olor.
Para curativas, sus manos.
Para tranquilizante, su voz.

Yo sólo era espinas, y él me vio flor. Dice un viejo poeta que unos ojos no son bellos porque tú los veas, son bellos porque te pueden ver. Y yo tengo la mirada llena de luz y de mar.

Te quiero.

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