martes, 26 de marzo de 2013

Desastre.

No tengo ninguna victoria a la espalda, tan sólo un camino que se allana cuanto más lejos parece estar. Al contrario del que queda por venir, cuyos obstáculos me tapan el final. Aunque espero que no exista final. Aunque sé que muchos obstáculos son sólo espejismos.

No tengo nada de lo que presumir, y aunque probablemente tampoco carezca de nada importante, la humanidad y el miedo a la imperfección es tan patente en mi como en la gran mayoría de la gente.

No doy los pasos adecuados, ni en el momento adecuado. No siempre digo lo correcto, y mis consejos pueden ser una reverenda mierda en la mayoría de los casos. No hago saber a quien quiero que le quiero, y me esfuerzo demasiado en que parezca que no odio a nadie, cuando eso es absolutamente imposible. Tropiezo, caigo, y me cuesta levantarme.

Soy un fracaso de persona. Pero seguiré luchando.



Y esto va por ti, pequeña. Porque quiero que sigas luchando.

martes, 5 de marzo de 2013

Despierta.

Me rompí.

Avísame cuando los demonios dejen de jugar con tus recuerdos en mi cabeza.

domingo, 3 de marzo de 2013

...Y aprender a no llorar.

No puedo culparte por lo que sientas, y no puedo pretender cambiar lo que hay dentro de ti. Sólo puedo seguir intentando darte todo lo que soy, darte todo lo que tengo, y contribuir a tu felicidad de la mejor de las maneras posibles. Aunque a veces fracase estrepitosamente, y todo cuanto intento hacer por bien termine tornándose en la peor de las decisiones. No puedo decirte que estaré siempre aquí, pero sí que siempre que esté será porque quiera, porque te quiera. Sólo espero obtener lo mismo. Quizás calle demasiado, y por eso todo lo que tengo dentro se acumule de una manera poco apropiada, y quizás por eso a veces explote de una manera u otra.

Quizás lo de aprender a no llorar no haya sido una buena idea, y me esté inundando por dentro.