domingo, 3 de marzo de 2013

...Y aprender a no llorar.

No puedo culparte por lo que sientas, y no puedo pretender cambiar lo que hay dentro de ti. Sólo puedo seguir intentando darte todo lo que soy, darte todo lo que tengo, y contribuir a tu felicidad de la mejor de las maneras posibles. Aunque a veces fracase estrepitosamente, y todo cuanto intento hacer por bien termine tornándose en la peor de las decisiones. No puedo decirte que estaré siempre aquí, pero sí que siempre que esté será porque quiera, porque te quiera. Sólo espero obtener lo mismo. Quizás calle demasiado, y por eso todo lo que tengo dentro se acumule de una manera poco apropiada, y quizás por eso a veces explote de una manera u otra.

Quizás lo de aprender a no llorar no haya sido una buena idea, y me esté inundando por dentro.

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