sábado, 20 de abril de 2013

[...]

"Y escucha éste, que es otro de mis grandes secretos a voces: no sé estar sóla, y tampoco sé estar acompañada.

Y me pesa tu ausencia."

La última palabra estaba emborronada. Seguro que por agua salada. Miró por la ventana y vio el tibio atardecer sobre la arena y las rocas, y el poder de las olas, tratando de vencer a la gravedad. La echó de menos. Pero no se lo iba a decir. Eso le haría débil. Y él era fuerte, al menos antes de conocerla a ella.

Ella no miró atrás. Él no la retuvo.

jueves, 11 de abril de 2013

Por descubrir.

Te escondes detrás de tu pasotismo. Intentas que no vean más allá de lo que quieres enseñar. Y lo que quieres enseñar es todo lo despreocupado, feliz e irresponsable que eres. Porque es mucho más fácil seguir adelante si no esperan nada de ti. Aunque también sea descorazonador.

Pero te tengo calado, chaval. Tal vez sea porque tu perfecto plan de ser feliz es lo que yo tantas veces he querido poner en marcha -con nefastos resultados-, o tal vez sea porque al fin y al cabo nos parecemos mucho más de lo que parece a simple vista.

Quiero que sepas que tu embrujo se ha roto. Que a mi no me engañas. O al menos ya no. Y que espero muchas cosas de ti.