domingo, 27 de diciembre de 2015

Inocente, inocente.

Se me salen las tripas y aquí huele a podrido, que las mariposas fermentan bien. Yo que tú me alejaba. Mi tinta es ponzoña y mis manos tratan de sostener los pedazos que se rompen de mí, pero se me escurren entre mis dedos engarrotados por el frío. Me arde la inseguridad, la ingenuidad y el avergonzamiento. Me duelen las cicatrices que me hice yo misma más que las que me hicieron los demás. No sé olvidar, pese a que no recuerdo. Me falla más veces la razón que la memoria, y más veces la memoria que el rencor. Prefiero recordar risas ajenas y lágrimas propias. Prefiero lo bueno de fuera, y que lo malo venga del interior.




¿Y que la ingenuidad se siga comiendo las mariposas?


No. Mejor no te alejes. Mis mariposas son mías. Mis mariposas son mi reliquia. 

jueves, 10 de diciembre de 2015

Agua y luz.

Para analgésico, su olor.
Para curativas, sus manos.
Para tranquilizante, su voz.

Yo sólo era espinas, y él me vio flor. Dice un viejo poeta que unos ojos no son bellos porque tú los veas, son bellos porque te pueden ver. Y yo tengo la mirada llena de luz y de mar.

Te quiero.