martes, 24 de febrero de 2015

Punto y coma.

Flotaba entre la inconsciencia y el dolor. Sus extremidades se extendían abiertas, lacias e inertes, como los tentáculos de una medusa que se deja llevar mecida por el agua. Sentía su cabeza muy pesada, como si empujase la superficie sobre la que reposaba. Y al mismo tiempo no estaba allí. Estaba muy lejos de allí. Un zumbido sin intermitencia impedía la corriente de información entre cada una de sus neuronas, como si hubiera pasado demasiado tiempo cerca de un enorme altavoz para luego pasar a una repentina quietud, como el ruido sordo de la nada, como la ausencia total de sonido donde debería haberlo. No debería poder pensar. Su mente decía que no debía decir cosas y comenzaba así una contrariedad. Una de tantas.

Era demasiado doloroso, no podía haberse ido. Pero estaba demasiado ida como para ser capaz de volver. Ni siquiera sabía cómo emprender el regreso. Ni siquiera sabía si podía haber tal regreso. Trató de esforzarse en encontrar una salida a aquel tapiz blanco que a veces se tornaba negro y otras veces cobraba colores indescriptibles, mas ¿cómo iniciar una búsqueda sin herramientas físicas que obedezcan tus órdenes? ¿Cómo dar órdenes desde una central estropeada y obsoleta?

Era como una parálisis del sueño eterna. Era una semiinconsciencia consciente. Un querer y no tener cómo. A veces creía recibir estímulos externos y agudizaba unos sentidos que probablemente estuviesen aún más maltrechos que su hastiado cuerpo. No. El camino del dolor era demasiado horrible.

No sabe cuánto tiempo pasa, a veces parecen años y otras milésimas de segundo. Nada cambia y a la vez cada instante es diferente del anterior. Y entonces ocurre. En el constante zumbido de su mente se cuela otro sonido. Habría sonreído si hubiese sabido cómo.

Tiene que volver. Tiene que encontrar el camino de vuelta. Tiene que sufrir un poco más. Mucho más. Pero debe hacerlo. Debe regresar de su limbo.




.../


En la fría habitación del hospital, una máquina frena su incesante pitido.

Sólo un momento.