martes, 20 de noviembre de 2018

Igual las personas coraza no pueden ser escudo.

Dolieron, duelen y dolerán tanto las tormentas que las espinas no son dignas. Las espinas han de ocultarse aunque te pinchen las entrañas.

Y la cobardía y la valentía son una misma porque ya no se conoce cómo ni qué. Se pierden en la incertidumbre y en las dudas y en los miedos y en las noches.

La balsa no puede hundirse.
La balsa no puede hundirse.
La balsa no puede hundirse.

O al menos no antes de lograr que el náufrago llegue a buen puerto.