miércoles, 4 de mayo de 2016

Amanecer.

Todo es tinieblas. Todo son sombras. Siluetas, rostros sin rostro y voces en off. La quietud que odio y el caos que habito. El mundo que despierta cuando la vida duerme golpea sin titubear ante el menor atisbo de posibilidades. Y cuando todo se torna negro de repente dan miedo los colores, las sonrisas y la monotonía del día a día. Sin explicación. Sin tregua posible. No hay manera de escapar de algo inherente a ti mismo. No hay manera de huir de los gritos que vienen de dentro. No hay calma posible cuando la tempestad es el silencio. No existe el descanso al cerrar el telón.

Abro los ojos. Busco a mi alrededor. Una voz me sonríe.

- Buenos días. 

Estoy a salvo.