jueves, 3 de septiembre de 2015

La montaña rusa está llegando arriba y yo sólo puedo mirar la belleza a mi alrededor. Y no sé si seguirá subiendo mucho tiempo más o me espera una caída de la hostia. Y me da igual. Y yo que siempre pensé antes en los finales que en los comienzos, no veo ni lo uno ni lo otro, y estoy suspendida en el aire, bailando como un lazo en un ventilador.

Desnúdame hasta la sonrisa. Esa que apenas reconozco. Qué es esto. Qué me pasa.

Me pasa un corazón que late tan fuerte que ensordece el mio. Un lunar en la frente. Una cicatriz en la ceja. Y una mirada que llevaba tantos años esperando ser devuelta que vierte sentimientos eternos en una centésima de segundo.

Me has salvado la vida. Otra vez.