martes, 31 de marzo de 2015

Juré morir amando todo.

Hay momentos en los que la melodía deja de ser música de fondo
y pasa a ser banda sonora. Deja de ser banda sonora
y pasa a ser sístole. Y diástole. Y sístole.

Cerrando los ojos, se enciende el universo. El de dentro.
Y resulta ser aún mas negro que el de fuera. Qué sorpresa.

Tienes que volver al lugar del que nunca te atreviste a huir,
tienes que callar lo que nunca supiste decir.
El recuerdo es más presente que el momento.
No se puede resetear algo que no funciona.

Deliras alcohol y humo mientras mis delirios de palabras consumen tus venas ennegrecidas.
Lloras cada noche con los puños cerrados extrañando presencias ausentes cuando a mi se me ha olvidado cómo sabe el agua salada.


Nos fumamos un peta, dices.
Si me fumo te enrollas. Si me rayas te esnifo.
Mis pupilas ya están dilatadas.
Se han adaptado a la oscuridad.

Juré morir amando todo.
Y qué mal me ha salido la jugada, tío.