jueves, 11 de abril de 2013

Por descubrir.

Te escondes detrás de tu pasotismo. Intentas que no vean más allá de lo que quieres enseñar. Y lo que quieres enseñar es todo lo despreocupado, feliz e irresponsable que eres. Porque es mucho más fácil seguir adelante si no esperan nada de ti. Aunque también sea descorazonador.

Pero te tengo calado, chaval. Tal vez sea porque tu perfecto plan de ser feliz es lo que yo tantas veces he querido poner en marcha -con nefastos resultados-, o tal vez sea porque al fin y al cabo nos parecemos mucho más de lo que parece a simple vista.

Quiero que sepas que tu embrujo se ha roto. Que a mi no me engañas. O al menos ya no. Y que espero muchas cosas de ti.

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