lunes, 1 de julio de 2013

Tic.

Como la más tierna canción se acerca a la melodía más triste, como la nana que se vuelve demoníaca en la oscuridad de la noche, como su mirada cálida convirtiéndose en hielo en pocos segundos. No sabes apenas cómo se llama, qué sabrás tú de los secretos que esconde. Que no son pocos.

Sólo ves la luz que rodea su silueta, la alegría que parece sembrar y sus manos suaves sobre tu piel. Pero la luz crea una sombra que se extiende a su paso, su alegría se convierte en un sentimiento adictivo sin el cual no podrás sobrevivir una vez esté a tu lado, y sus manos suaves se vuelven rugosas si sobre ellas cae el peso de los errores.

Y si intentas acercarte, de repente se desvanece.

Corre antes de que sea demasiado tarde. Antes de que las sogas que atan su alma y oprimen su corazón te alcancen a ti también. Antes de que te encadene para siempre a la melancolía. Escapa.

Corre.


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